Han pasado muchos meses sin que actualizase este blog, pero es que nuestra vida transcurre tranquila, sin cambios, feliz y con mucha paz. Después de la tormenta llega la calma, y después de lo mal que lo pasé en Bélgica, puedo decir que ahora en Madrid soy feliz, muy feliz. Soy consciente de que nada es eterno y las cosas pasan, pero mientras dure, que dure. Creo que tengo suerte de darme cuenta de lo bien que estoy e intento disfrutarlo cada día sabiendo que nunca estuve tan bien y es difícil que algo así se repita. No news, good news.
Pero interrumpo brevemente este silencio porque hay pequeñas noticias en el entorno laboral. Hace un mes me enteraba de que el circo del terror había quebrado a finales del año pasado. Y este martes me han dado una noticia que anuncia posibles nubarrones negros en la distancia. Una vez al mes tenemos una reunión del departamento a nivel mundial, y en la de este martes nos han dicho que el soporte de algunos de nuestros productos va a pasar a una empresa externa en la India. Ya sabéis por dónde voy, supongo: una tendencia general, abaratar costes. El proceso de transición durará un año, y por el momento ninguno de los productos que yo soporto va incluído en ese paquete. Pero si la cosa funciona, me temo que esto puede extenderse a más productos y la única esperanza que nos queda será que los clientes empiecen a quejarse. Nos han prometido que no van a echar a nadie, pero no se ha echo mención a los contratos temporales como el mío. De aquí a un año faltarán 5 meses para que se me acabe el contrato y esta transición no va a empezar ahora mismo, ya que aún necesitan contratar al personal.
Cuando me hicieron otro contrato de dos años se me cayó un poco el mundo encima. Digo que sólo un poco porque había conseguido venirme a Madrid y la vida en general me sonreía, pero otro contrato temporal a estas alturas de partido, y sabiendo que si me hubiera quedado allá, hubiera tenido un contrato indefinido, pues qué decir, me daba bastante rabia. Ahora la sombra negra de esa otra empresa usurpándonos los puestos de trabajo me parece poco tranquilizadora. El tiempo dirá.
Pero casualidades de la vida, justo ese día nada más terminar mi jornada laboral, recibí una llamada de un headhunter de Barcelona ofreciéndome un trabajo para una empresa británica que quiere abrir una nueve sede en Barcelona. Me extrañó bastante, ya que no estoy buscando trabajo y la única forma en la que han podido encontrarme ha sido LinkedIn. Le expliqué mi situación diciéndole que ahora mismo no me interesaba y mucho menos por un trabajo por turnos en el que quizá me tocase trabajar por la noche y además con un cambio de ciudad. Volver a desmontar una vida, y esta vez una que nos hacía feliz a los dos. De todas maneras me convenció para hacer una entrevista por Skype por si acaso y porque nunca se sabe lo que el futuro nos puede deparar. Hice la entrevista ayer y estaba claro que ni la oferta me interesaba ni yo era el perfil idóneo para ellos, pero estuvo bien hacerla, ya que tienen oficinas aquí en Madrid y dentro de año y medio es posible que a ambos nos interese ponernos en contacto otra vez.
Y hoy me he llevado otra sopresa. Al echar un vistazo a mi correo mientras desayunaba, he visto que tenía un email de una headhunter de California que también me había encontrado por LinkedIn ofreciéndome un trabajo técnico en Madrid donde se requiere inglés y castellano. No me ha dado más detalles aparte de que es para una empresa californiana famosa for su tecnología de búsqueda. Como ya he dicho, en principio estoy muy bien donde estoy, con un buen sueldo, unas buenas condiciones y trabajando a menudo desde casa, pero por mirar un poco alrededor no pasa nada.
El Ken tiene contrato hasta enero del año que viene, así que aunque este año sea tranquilo, el próximo será de nuevo movidito… o no.